La tarima flotante se utiliza mucho en la actualidad en todo tipo de viviendas, es un suelo práctico, asequible y duradero, formado por distintas capas y puede ser de diversos estilos y colores.
Muchos de los suelos de madera que hay en el mercado tienen que estar clavados en el suelo, pero con la tarima flotante eso no sucede, no es necesario fijarla de esta manera, es decir, se fija en el suelo pero sin sujeción.
Esto se debe a su peso ya que cada lámina pesa muy poco pero en su conjunto y una vez estén colocadas todas las láminas el peso aumentará. Además bajo el suelo de tarima se recomienda poner un recubrimiento de corcho o bien de espuma para que separe la tarima del subsuelo. Como resultado habrá fricción entre las distintas láminas y la espuma o el corcho lo cual contribuirá a que la tarima esté fija y no de problemas.
En cuanto al ensamblaje las láminas que formarán la tarima encajan unas con otras de manera que una vez estén todas colocadas y encajadas, por la propia presión, quedarán sujetas y no se podrán despegar.
Entre las numerosas ventajas de la tarima flotante se encuentran que su precio es económico en comparación al del parquet o al de otros suelos de madera, y que es fácil de colocar, por lo tanto el tiempo de instalación es corto y no tendrá demasiadas molestias. Es un proceso bastante simple ya que las láminas de la tarima flotante ya estarán cortadas.
Otra de las ventajas de estas tarimas es que pueden colocarse sobre cualquier tipo de superficie y no será necesario levantar o quitar el suelo antiguo.
Antes de decidirse por la tarima hay que pensar en el uso que se le va a dar a ese suelo, por ejemplo este tipo de tarimas no están recomendadas para la cocina.